
Hace 15 días aproximadamente mi hermanito y yo nos embarcamos en la embarazosa y difícil tarea de pintar mi departamento. Ante el presupuesto de 800 pesos que me pedían pintores profesionales me arriesgué a que lo hagamos nosotros sin nada de experiencia y sobretodo siguiendo mi nuevo lema de la vida: "Qué es lo peor que puede pasar?".
Me detengo en esto último un momento: es buenísimo. Lo empecé haciendo como un chiste. Por ejemplo, viernes a la noche me invitan a un cumpleaños de un semi-desconocido. Mi cabeza instantáneamente dice "no". Luego pienso: "Qué es lo peor que puede pasar?, que no me guste, me aburra y me llame un remis?. Bueno voy." Y así con todo. Juro que si no estás muy fóbico te resuelve el 80 % de la vida eh?
Bueno, la cosa que el pobre Corvi se prestó para esto pero con el lema opuesto "Momia esto está quedando todo muuuy mal". Era muy gracioso para mi, porque pocas cosas me chuparon tanto un huevo como esto. No sé porqué, pero Corvi que es desprolijo, brutito sin querer y demás estaba muy preocupado. Capaz tenía miedo de que la pintura al ser algo bastante persistente en el tiempo lo persiguiese como "El hermano que pintó mal el departamento". La verdad estoy especulando, dejemos que él diga porqué le preocupaba.
Fueron unos días muy divertidos, pero cansadores para mi. Como buena obsesiva que soy trataba de que todo esté ordenado y limpio , pero es casi imposible en esas circunstancias y me estresé muchísimo.
El aguarrás es tremenda. Tiene una textura del demonio y un olor tóxico pero no de los buenos.
Demás está decir que Padre nos tiró (con la mejor onda) los materiales y tuvimos que inventar nosotros muchas cosas que de casualidad salieron bien. Ya el último día éramos expertos y creo que deberíamos vivir de esto, pero yo pediría 2000 mangos de presupuesto!!!
Así que me siento orgullosa de que haya quedado tan habitable y casi como un lugar nuevo a descubrir, pero más orgullosa estoy de Corvi quien entabló con el rodillo una relación difícil de entender. En un momento ese extremo largo y cargado de pintura parecía un apéndice natural que había llevado siempre en sus manitas.
Los dejo con fotos del acontecimiento y mi canción preferida de los Rollings.