adopt your own virtual pet!

MOMIALANDIA

"Mi departamento es tan chico que lo caliento con el aliento" (extracto de conversación entre Il corvino, La madre Armadillo y La Momia un mediodia cualquiera, hablando acerca de la peligrosidad de dejar encendido el calefactor por las noches).

Monday, August 18, 2008

Los ojos


Wednesday, August 13, 2008

Este infierno NO está encantador esta noche...


Como se habrán dado cuenta mi blog se paralizó. Debo decir al mismo momento que se paralizó mi mente. Debo decir cuando volví a trabajar en el call center de una conocida multinacional.

Me llegó el telegrama de que se acababa la licencia paga y se me vino el mundo abajo. No dejé de llorar por dos semanas para después anestesiarme completamente. Como siempre me sucede traslado todo a mi cuerpo y esta vez no fue la excepción. Mi piel pasó a ser de neoprene. No volví a sentir nada. Mi mente quedó en blanco, disponible solo para amar Sawyer.

No sucedió por el hecho de no querer volver a trabajar, sino por el hecho de no estar curada físicamente y sobretodo porque no quería volver a trabajar AHÍ.

No mucha gente me entendió, pero eso no me importa demasiado. Todos creyeron que era un capricho por haberme acostumbrado a la vida en casa. Pero quien no trabajó ahí alguna vez creo que no puede opinar.

Es un lugar nefasto. Desde las políticas de la empresa hasta como funcionan los sistemas, desde lo mal capacitados que están los empleados hasta la mala educación de los representantes que le faltan el respeto a los clientes sistemáticamente.

A todo esto, lo que es peor para mi es ver a mis compañeros, a los que están a la misma altura que yo, que cobran lo mismo que yo, ponerse la camiseta de la empresa como si el día de mañana alguien fuese a responder por ellos. Es tristísimo o no? O la triste soy yo que estoy ahí lamentandome en vez de que me chupe un huevo que me jodan con que atienda más rápido? Los que ignoran estas cuestiones son más felices?

Hace unos días me llamó mi amiguísmo que amo Lucho. Estaba en el aeropuerto de Roma esperando para irse a Ucrania y nos preguntábamos esto mismo y él me lo graficó con el mejor ejemplo que tuve hasta ahora: me contó que estando en tantos países extraños a veces escuchaba una canción con una melodía pegajosa y que por días la cantaba por fonética y cuando por su mente inquieta averiguaba qué decía la letra se daba cuenta de que era una basura y prefería no haberlo sabido nunca porque la canción le gustaba mucho. Así que la respuesta es si. Son más felices.

Otra noche fuimos a comer comida china con motivo de la visita de otro amiguísimo que amo, Jona, que ahora es porteño de prestado. En esa cena estaba La Beba, personaje que ya es leyenda en mi trabajo y al que por alguna razón extraña hicieron que renunciase con artimañas legales (o no tanto). La Beba se llama Martín y es una de las personas más inteligentes que conozco. Tiene una velocidad de proceso y de respuesta que es genial e insisto en que si tuviese plata le pondría su propio show.

A él lo escuche con otra atención, porque es alguien que estuvo en el mismo lugar que yo. Quizás ya me había acostumbrado a que todos me dijeron "Pobrecita, lo que tenés que pasar", cuando Le Beba vino y me dijo "Vos te diste cuenta de que quedarte en ese trabajo lo estás eligiendo vos?". Al principio se lo negué a muerte y después me di cuenta de que algo (no toda) de razón tenía.

Puedo dejar de trabajar y seguir buscando otra cosa como estoy haciendo ahora pero dedicarme completamente a eso. Tendría que ir a vivir al sillón de mis papás. No tendría un lugar propio. Sacaría a Sawyer de su casa. Volvería a tener que obedecer reglas de otro. Tendría que pagar un depósito para todos mis muebles y demás.

Si, lo podría hacer. Pero no lo elijo. Elijo quedarme hasta que consiga otra cosa y cuando mi salud sea el límite me valdré de alguna artimaña legal para volver a tomarme una licencia.

Hoy una compañera me preguntó si ya me había acostumbrado a volver y mi respuesta fue "Nunca querida, nunca".

Los dejo con una foto de Sawyer, que es el bombón que ilumina mi casa y mi vida.