Si alguien preguntaba por mis conductas respecto al planeamiento del futuro hace 2 o 3 años, cualquiera hubiese podido responder que yo era una maniática del control. Si tenia que salir debía saberlo con dos o tres días de anticipación y en el momento que me enteraba comenzaba a pensar que iba a ponerme, que no podía ponerme y que iba a usar una vez que descartase la primera opción de vestimenta.
No solo era así con respecto a planes de actividades, sino que también abarcaba cualquier cosa que me rodee. No soportaba que nada este fuera de lugar, que queden los platos sucios, ni la cama sin tender. Ni hablar si veía a alguien vestido con colores que no combinaban. Una vez comprobé la envergadura de mi patología al acomodarle el cuello de la camisa a un extraño en el ascensor!
La cosa es que uno crece y cambia. A veces sin darse cuanta, como me pasó a mi.
Me fui a vivir sola y el amor por el orden lo conservo, de hecho a veces desordeno a propósito en la semana para ordenar con mucho placer los sábados! Tarea que, por supuesto dura diez minutos porque nada está taaan desordenado. Pero me permito dejar los platos sucios de un día para el otro o planear una salida en le momento.
Así como una parte de la patología cedió, otra mutó.
Resulta que ahora no puedo planear nada. Siento que me ponen una almohada en la cabeza si tengo que decidir entre ir a un lugar u otro. Si tengo que planear una salida con alguien me da miedo de no querer ir en ese momento. La asfixia se hace insoportable a la hora de anotarme en un final y saber que para un día determinado tengo que haber estudiado todo. Ni pensar en irme a vivir con alguna pareja!!!
Yo no me había dado cuenta de esto. Caí en la cuenta de esto mientras chateaba con una amiga. Estoy terminando una carrera y me anoté en otra a finales del año pasado para empezar en marzo. Yo a esta chica no la había vuelto a ver y ella tenía como seguro que yo ya sería una nueva estudiante de arte. Me preguntó como me iba y le conté que un día antes de empezar me agarró un semi-ataque de pánico y no me pude dormir hasta las 6 de la mañana después de decidir que no empezaba. Le cuento esto y ella me dice “Jjajajaj!! Sos como yo: no podés planear nada a largo plazo!!!”. Y es verdad!! No sé que fuerza se apoderó de mi hace unos años, pero me aterra la idea tener que decidirme o comprometerme por algo.
Luego de esto me pregunté a que se debía, que me pasó que me fui de un extremo a otro? Y creo que la respuesta es la siguiente: la vida. Si, si ya sé: chorrea grasa de lo cursi. Pero así fue!! Luego de amistades fallidas, sistemas del estado burocráticos y novios fallidos no me queda otra que desconfiar. Es un mecanismo de defensa para seguir.
Por esto, luego de caer en la cuenta de mi tendencia a envejecer, decidí “obligarme” a hacer cosas que quiero pero me dan miedo. Empecé finalmente otra carrera sin tantas exigencias horarias mientras termino la anterior y estoy planeando unas vacaciones para septiembre que tengo que pagar ahora, o sea no puedo volverme atrás (O si, pero el costo sería demasiado!!). Quizás con este tipo de “obligaciones” la vida adulta valga la pena…
