El dolor después del dolor

A ver...por donde empiezo. Este post es un rejunte de pensamientos inconexos que tengo desde hace rato dando vueltas en mi cabeza pero que el viernes a la madrugada me empezaron a cerrar. Traten de hacer un esfuerzo y seguir leyendo a ver si entienden algo.
Hace muchos años, 8, cuando empecé la facultad tuve que hacerme los examenes médicos de rutina para ingresar y me topé con una doctora muy macanuda que me contó que había tenido su primer hijo en el hospital que yo iba a operarme de la pierna y los buenos recuerdos que tenía de ese lugar. Me contó que en 1978 se sabía poco y nada del HIV y cuando quedó embarazada y se hizo los análisis de sangre para el chequeo le dio positivo para esa enfermedad. Inmediatamente la clínica privada donde se atendía decidió dejar de prestarle sus servicios. Así rotó por todos los hospitales estatales, hasta que finalmente en el hospital Fernández la aceptaron para atenderla durante el embarazo y hacerse cargo del parto con la profilaxis precaria con la que contaban. Cuando ingreso como paciente del hospital le volvieron a repetir los estudios, pero en esa época el resultado tardaba alrededor de tres meses. Así que anduvo con su panza y su mente enferma, estuvo a punto de separarse de su marido porque su conclusión lógica fue que él la había engañado, su familia no la apoyo como ella necesitaba y una serie de eventos muy desafortunados. El día del parto todo se terminó de complicar: el bebé se estaba quedando sin oxigeno y tuvieron que hacerle una cesárea luego de muchísimas horas de trabajo de parto que de nada sirvieron, hasta que finalmente sacaron al bebé. A los dos días llegaron los análisis del segundo estudio de HIV: negativo. Se los repitió dos veces más y otras dos veces más el siguiente año. Me quedé muda y lo primero que dije fue "supongo que nunca más te embarazaste" y ella me dijo "Tengo 6 hijos mas!!" y ante mi mirada atónita me contestó "El ser humano no tiene memoria del dolor, sino no podría seguir viviendo. Cuando sos chica te caes y te raspás la rodilla y crees que vas a morirte, pero al otro día otra vez estás corriendo por la misma vereda. Cuando te deja tu primer novio te parece la tragedia más grande de tu vida, sin embargo te volvés a enamorar".
Cuando salí de ahí me pregunté "Es verdad eso? No tenemos memoria del dolor? Y entonces porqué me cuesta tanto olvidar las vivencias poco felices?"
Tiempo después sufrí mucho dolor físico y mental y siempre recordaba a la doctora y la puteaba un poco por lo bajo pensando que nunca me iba a olvidar lo que estaba sufriendo y que jamás iba a dar por sentado el despertarme cada día y hacer una cosa tan básica como caminar después de eso y que iba a disfrutar tomar un colectivo por el solo hecho de poder subirme sola.
El viernes, salí con mis amigas a lo que denominamos "Noche de tragos". Vale aclarar que no salgo desde mi cumpleaños pasado (17/11) y esta vez lo propuse yo. Así que ellas se lo tomaron como una noche especial e hicieron mucho para que yo me sienta cómoda.
Ya entrada la noche terminamos en un bar de Alem y me encontré con alguien de mi pasado. Una persona que quise y quiero mucho pero que por alguna razón, que hasta hoy no me queda clara, dejé de ver. Siempre tuvimos muy buena química y cada vez que lo veo me pongo contenta porque es un ser de luz. Nada malo puedo pensar de él y es una de las pocas cosas de que no me arrepiento en absoluto. Solo me arrepiento de como terminó y quizás si yo no fuese tan impulsiva lo podría haber manejado de otra manera.
La cosa es que entre ponernos al tanto de nuestras vidas y demás me dijo algo que conecté inmediatamente con la doctora del servicio social de la facultad: "Sabés que? vos me inmunizaste". Ante mis ojos grandes siguió: "Si, de verdad después de vos quedé inmunizado. Soy igual que antes pero ahora soy inmune a ciertas cosas". Sentí que el corazón se me hacía chiquito: lo que más me gustaba de él es que no estaba inmunizado como los demás!!! Por un momento me sentí pésimo y creí que realmente había estropeado a un ser humano bellísimo y me odié.
Un rato más tarde comprobé que toda su esencia sigue estando en su lugar, por más que él crea que tiene la piel un poquitito más de piedra...Así que quizás la doc tenía razón y un poco del dolor se puede olvidar. Y pude dormir tranquila.
PD: dejo una foto testimonial de la noche de tragos...