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MOMIALANDIA

"Mi departamento es tan chico que lo caliento con el aliento" (extracto de conversación entre Il corvino, La madre Armadillo y La Momia un mediodia cualquiera, hablando acerca de la peligrosidad de dejar encendido el calefactor por las noches).

Tuesday, October 24, 2006

La cultura de la inmediatez

Desde hace bastante estamos todos sumergidos en la vida rápida o la vida chatarra.
Se han acelerado los tiempos para todo y pareciera que para pertenecer a algo hay que hacer por lo menos diez cosas a la vez. Y yo no estoy de acuerdo!!! No me da la cabeza para tanto!! Y le hacen creer a uno que si no lo puede hacer es una suerte de estúpido mental o algo así y esto no es cierto (en la mayoría de los casos, no digo en todos, hay cada ineficiente dando vuelta…).
Voy a pasar a enumerar ejemplos de esto:
Se ha puesto de moda en casi todos los canales que mientras están dando un programa, hay por debajo un banner que va pasando con noticias, aun cuando están dando el noticiero!! Es malísimo, lo odio!! Porque es imposible no leer, pero tampoco me parece bien que me obliguen aprestar atención a cinco cosas a la vez.
Esto ya es más personal, pero con todo el tema de los mensajes de texto es impresionante como la gente se va chocando por las veredas constantemente!! Si uno se pone a observar detenidamente debe haber, fácil, cinco o seis personas por vereda escribiendo o mirando en el celular. Eso es producto del pensamiento actual, del no detenerse aunque sea un minuto a contestar.
Bueno, el Messenger es un tema aparte. Hay veces que me gustaría que no exista. En las parejas más de una vez es tema de pelea. Hay gente que solo por tener contactos agrega a cualquiera. En un estudio Argentina obtuvo el primer puesto en número de contactos en el Messenger por persona. La gente esta conectada todo el día con la leyenda “Busy” o “Be rigth back”. Porque no se desconectan y listo? Cual es la urgencia de pertenecer las 24 hs del día a la Internet??? Ni hablar de los malos entendidos que se dan chateando. Nadie sabe a ciencia cierta con que entonación se dicen las palabras y la gente se lo toma las cosas como más le conviene. Hay que valerse de “Jajaes” o de emoticones para que se entienda y parecer un idiota poniendo el muñequito con los cachetes colorados para decir perdón y que no quede sarcástico. Otra cuestión a abordar es si la infidelidad vía Chat con una persona desconocida es infidelidad o no. O sea: si alguien agrega a un desconocido y la charla se pone cachonda, es lo mismo que si uno hiciese eso en un bar?
La cámara digital. Esta bien que es muy práctica, está la posibilidad de borrar las fotos, todo lo que me quieran decir, no se duda de su practicidad, pero qué es lo que genera en la gente? Si hay alguien que quede con cámara fotográfica antigua como hace el pobre para aguantarse el tiempo de revelado!! Además era linda la sorpresa de ver las fotos como habían quedado por más que un par no valiesen la pena. Hace poco saqué una foto con una cámara normal y una nenita de tres años me la sacó de las manos y al ver que no tenía visor me dijo “Le sacaste la pantalla”.
He visto en algunos diarios y portales de información de Internet que los artículos tienen el tiempo de lectura al alado del título, que ridiculez Tío!!! Quien me puede decir cuánto voy a tardar en leer algo???
Bueno, esto es a lo que me refería. Cada vez estoy más vieja y me gustan más las cosas lentas. Me gusta que la gente se tome su tiempo para contestar, para reflexionar, porque sino todos nos convertimos en opinólogos de todo y la verdad va perdiendo el sentido la existencia sin pensamiento crítico. Me gusta sentarme a leer tranquila, sin tener miles de pantallitas que se me abren atrás del libro, me gusta charlar cara a cara con la gente, mandar una carta a mi amiga de buenos aires de vez en cuando, alguna encomienda amorosa cuando hay más plata. Así que los invito a todos a resignar la inmediatez aunque sea una vez al mes, para ver que se siente, ser sujeto no tan sujetado otra vez.

Thursday, October 12, 2006

Aquellos años felices...

Cuando somos chiquitos la mayoría de nosotros tenemos algún referente: pueden ser los padres, un hermano mayor, un amigo de la familia, etc. En mi caso mis referentes eran mis primos.
Tanto de parte de la familia de mi papá como de la de mi mamá tengo muchísimos primos. Pero también siempre tuve mis preferidos.
Por alguna circunstancia economía estuvimos viviendo varios meses en casas de varios familiares y el ultimo lugar donde vivimos antes de mudarnos a Lonamundo fue en la casa de mi tío Carlos. El vivía solo con sus tres hijos: Marcos, Sonia y Natalia.
El día que me dijeron que íbamos a vivir ahí debe haber sido uno de los mejores de mi vida. Tenía 6 años.
Por cuestión de edad yo jugaba siempre con Naty, que es cuatro años mayor que yo. Natalia era una nena que hoy se calificaría de hiperactiva. Estaba todo el tiempo riéndose, saltando de acá para allá, haciendo lío y contestando, portándose mal. Ella era con quien yo jugaba a MC Gyver, a Remmington Steele, a la verdulería, a las hermanas drogadictas, a la Barby y miles de cosas más. Como yo era más chica y vine a caer a su barrio y a su grupo de amigas obviamente me hicieron pagar el derecho de piso. Era un grupo de chicos y de chicas en el barrio, estaban: Ema, su primo Mercado, Lorena, Los Mellizos y Viviana. Viviana era la más linda de todas y por eso las demás no la podían ni ver. Cuando llegué al barrio Natalia me advirtió que jamás debería hacerle caso ni hablarle. Como era de prever Viviana se acercó a mi y yo estaba tan contenta de que ella me diera bolilla que acepté ser su amiga. Cuando mi prima se enteró me hizo elegir entre ella y la otra chica. Por una cuestión de que vivía con Naty la elegí a ella pero fui muy feliz al pertenecer al subgrupo vivianesco y poder jugar con los juguetes traídos de Disney.
Después estaba Sonia. Ella es siete años mayor que yo y era mi prima preferida. Además de ser linda era muy inteligente y creativa. Casi todo lo que se de pintura y de manualidades lo sé por ella. Su grupo de amigas eran María Elena, Karina, Natalia Romero, Claudia y Julia. En ese grupo me dejaban estar no sé muy bien porque, creo que porque mi prima era buena y yo no hacía lío ni nada. Me encantaba estar con las grandes porque hablaban de novios y esas cosas que yo no tenía ni idea y me sentía mayor cuando me decían algún chimento. Además era buenísimo porque Sonia no le contaba esas cosas a su hermana y yo tenía esa información y era un símbolo de poder que me permitía hacer de mujer de vez en cuando (sino era siempre varón) cuando jugábamos a MC Gyver.
Mi tercer y último primo en esa casa era Marcos. Él tiene nueve años más que yo y fue mi modelo masculino por excelencia. Era el gracioso de la casa, lindo, canchero, me encantaba estar con él. Su grupo eran Diego, Gustavo, Cristóbal, y uno gordo que no me acuerdo como se llamaba. Siempre tenía anécdotas buenísimas para contar: él estaba enamorado de Natalia Romero (que era una casquivana bárbara) y se quiso meter en su casa por la ventana y el papá de ella (policía) lo corrió a tiros, fue a Ferimar con los amigos y un perro divino lo empezó a seguir: se volvió caminando y nos quedamos con el perro que se llamó Sandunga, un día falté al colegio porque no tenía ganas de ir y él me hizo creer que había hablado con mi maestra, cuando le pregunté como era me dijo “Tenía pintado los labios” y yo le dije “Sí!!! Era ella”. Gracias a él me hice fanática de la mejor banda de la historia, Soda Stereo, y conocí a otras como Virus, Sumo y Los abuelos de la nada. Un tiempo después de que me fui de la casa me regalaron todas las revistas Pelo que tenían y fue un gran tesoro para mí, luego pasaron a ser de mi hermano.
Un párrafo aparte merece mi ahora prima Cecilia. Si bien no era hermana de ellos, la conozco de ese barrio desde que ella tenía 10 años. Era compañera del colegio de mi prima Natalia y se casó con mi primo Marcos. Se pusieron de novios cuando ella tenía 11 años y el 17 o 18. Fue todo un acontecimiento porque era un ladrón de cunas y nadie daba ni dos pesos por ellos. Se casaron cuando ella cumplió los 18 y hasta el día de hoy están juntos. Yo no tengo alma de Susanita, pero es imposible verlos y no desear algo parecido!! Es como si fueran novios todo el tiempo. Tienen dos hijos, Martín y Daniela.
La vida en esa casa fue muy feliz para mí y creo que lo era para todos. Mi papá y mi tío se llevaban muy bien y era siempre divertido sentarnos todos a cenar. Salíamos todos los fines de semana a pasear, a comer asados, a comprar cualquier cosa…era raro porque era una época triste para mi tío y mis primos, porque había fallecido su mamá hacía poquito y para mi papá también, porque estaba muy mal en el laburo y no le pagaban muy seguido, pero por alguna razón yo sentía que la vida era una fiesta.
Vivimos ahí dos años y el día que nos fuimos, a pesar de que era buenísimo porque significaba que teníamos nuestra propia casa, lloramos todos y nos costó bastante acostumbrarnos a la vida autónoma. La falta que le dicen…