Anecdotario momil IV

Sigo con anécdotas del hospital. A medida que fueron pasando los días conocí a otra gente joven además de Ana. En la sala de hombres había un chico que se llamaba Isaías. Tenía tutores en toda una pierna (Son como clavos que salen fuera de la piel y van por dentro). Tenía 19 años. Tenía una novia muy celosa. Cuando lo conocí estaba con ella y me contó que había tenido un accidente y por eso estaba ahí. Más tarde en el pasillo tomando mate con sandwiches de matambre que le había llevado su mamá me contó lo que para él era LA verdad: un día estaba con tres amigos tomando cerveza en la esquina de su casa y a uno de ellos se le ocurrió entrar en el cementerio de noche que quedaba ahí nomas. Dijeron que si y en la puerta uno se arrepintió. Les dijo que su abuela le había dicho que cuando en la reja estaba atada una cinta roja era noche de brujería y no se podía molestar porque te podía quedar una maldición. Todos se le rieron y treparon igual la puerta.

Cuando ya estaban dentro del cementerio se dispersaron, empezaron a hacer voces y a reírse, a asustarse entre ellos. En un momento un sereno salió de la casita del cuidador y salieron todos corriendo. En esa escapada Isaías se tropezó con algo: cuando miró que era vio una gallina sin cabeza, fotos y cintas rojas: una macumba. Desde ese día la mala suerte lo persiguió hasta que lo atropelló el auto y le rompió en 5 partes la pierna con la que tocó la magia negra. No me animé a decirle nada. Estaba muy amargado y estaba segurísimo que había sido por eso, así que para qué convencerlo de lo contrario?

Ese mismo día a las 12 de la noche me viene a buscar Ana a la habitación: se había cortado la luz en todo el hospital y habían conseguido un tablero Huija. En "nuestro" pasillo esperaban Isaías y un tipo de Entre Ríos que nos habíamos hecho amigos porque con su silla de ruedas pateaba las cajas donde están las monedas de Tv por cable y las repartía entonces cuando venían los de cobranzas de cable todo el mundo tenía y hacía semanas que no pagábamos!!!. Ana sacó la tabla y empezamos a preguntar. Isaías preguntó primero si era culpa de la macumba el accidente. La tabla dijo sí. Después Ana: "s verdad que no voy a poder bailar nunca más clásico?". La tabla respondió no. Otra vez Isaías: "cuando se va a terminar la maldición?". La tabla respondió nunca. Nos quedamos todos callados y a Isaías se le cayó una lágrima cuando sentimos pasos por la escalera. Guardamos todo rápido. Era un doctor que nos dijo que estábamos locos, que volviésemos a las habitaciones porque sino nos reportaba. Cada uno volvió muy en silencio a su cama. Cuando llego a la mía, sugestionada y triste por Isaías me doy cuenta que había dejado la cama alta. Voy hasta el pie de la cama y empiezo a girar la manibela para dejarla acostada cuando siento una mano en mi hombro: grite de una forma que nunca me voy a olvidar, me dolió hasta el ombligo de la fuerza que hice: era una monja con una vela que cuidaba a uno de los enfermos de al lado. Desde esa noche todas las enfermeras me odiaron: nadie pudo hacerles creer a los otros enfermos que en realidad no era un espíritu de la huija el que me había tocado y si una monja de carne y hueso. La leyenda corre todavía por ahí...

PD: dejo fotos de mis muffins caseritos y de Tigger jugando en mi balcón.

Canción para la ocasión y para Mum: http://www.youtube.com/watch?v=k9bJSEjrvhg