Noche de pelucas, noche de ser otra.

El sábado fue la fiesta de egresadas de mis amigas Carla y Caro, Jose, Eri, Sabi y Sole. La consigna fue ir con peluca o con sombrero. Al principio no quería ir pero después mi amiguísima Vicky me acompañó y lo que empezó con la idea de "Vamos media hora y nos volvemos" se convirtió en una de mis noches más divertidas desde hace muuuuucho tiempo. Está bueno eso, cuando uno más expectativas tiene más se estrella contra una pared, así que a veces preferiría no esperar nada de la gente ni de las situaciones, pero la mayoría de las veces no me sale, soy optimista por naturaleza y así me va...

Esa noche también estuve con Chuck Morris y fui fotógrafa de la fiesta. Tengo muchas fotos, pero la mayoría no las puedo mostrar, ya le llegaran a quien corresponda en un mail con un pedido de dinero (Tengo que pintar mi casa!).

Como toda noche con alcohol, me puse triste, me puse contenta, me puse triste otra vez, llegué a mi casa y me dormí abrazada a Sawyer pensando en qué me gustaría que pase para ser feliz. Pensé tanto que me dormí antes de descubrirlo.

Creo que la pasé bien justamente por el concepto de la peluca en sí. No me sentía yo, no sentía que había sido yo la que había estado tirada en la cama toda la semana, ni me sentía la que rinde un final que la paraliza el miércoles, ni tampoco era la tarada que extraña a quien nunca existió sabiendo que me volveré loca como Sofía la de El Pasado.

Esa noche fui otra. Y me gustó.

PD: Gracias Yegui por estar siempre. Te adoro con toda mi alma, sos un bomboncito, te quiero taaaanto bebecito.