El habitus no hace al monje

Con la colaboración especial deMarilina Castañeda en el título.

Otra vez fin de año. Otra vez el verano. Otra vez los trasnochados turistas. Otra vez el Sacoa de enfrente que abre y otra vez luchar contra todo eso!
El verano pasado fue el primero que pasé en mi casa actual y cuando terminó estaba tan feliz de que se acabara el ruido que ni me puse a pensar que en 9 meses estaría asistiendo a una repetición barata de lo mismo.
El verano puede despertar en mí los más encontrados sentimientos: desde la alegría que me produce ponerme poca ropa (nada más feo que salir vestido como una cebolla inmóvil) hasta el odio que llega a las lágrimas cuando son las 3 de la mañana y los que se creen skaters norteamericanos siguen usando el Pump It Up.
Este año tenía pensado hacer que el contexto no existiera. Este plan consistía en no broncearme, no ir a recitales, ni ir a la playa, ni salir durante toda la semana.
Por alguna razón en las dos últimas semanas de diciembre todo se conjugó para que eso no se pudiese llevar a cabo. Me inundaron con cenas de fin de año, las primeras invitaciones a los shows y cuando me quise dar cuenta me estaba poniendo autobronceante para no ser la única blanca del grupo!!
Cuando pasan estas cosas, cuando termino haciendo algo que en realidad no quiero o que había dicho que no iba a hacer, me lleno de un asco hacía mi persona que no puedo describir.
Porque uno termina dejándose llevar por la marea de gente? Porque accedemos a pertenecer a algo que no nos convence del todo?
Muchas veces será porque nos da lo mismo pero creo que muchas otras es también por el miedo de no ser nada.
Pareciera que el turista medio argentino tiene mucho miedo de no hacer lo que se hace en el lugar al que va. Ojo, no estoy diciendo que si uno va a un lugar con playa no se pueda meter al agua, hablo de la gente que piensa que si uno fue a Brasil bailó batucada.
Pierre-Félix Bourdieu postuló hace ya muchos años un concepto conocido como habitus que vendría a querer decir las formas de obrar, pensar y sentir que están originadas por la posición que una persona ocupa en la estructura social. O sea que si uno es médico se viste de tal forma , va a tales lugares y frecuenta tales personas, que si uno es bibliotecario le gusta tal música y hace tal deporte, que si uno es estudiante de letras tiene barba.
O sea que al habitus de vivir en una ciudad turística sería ir a la playa todos los días aunque no haya un mínimo rayo de sol, hacer cola en los mismos lugares de siempre para comer con los mismos turistas de siempre, ir a ver cualquier cosa gratuita con tal de decir “yo estuve ahí” y por supuesto amar todo esto, estar orgulloso de que el turismo sea una industria que saca el país adelante.
Ajá…y para que? Para que los políticos de siempre se lleven toda la plata, para que un intendente que hace 15 años que se postula gane y haga que la ciudad sea la más descuidada, sucia y chata culturalmente porque sus números están en rojo, para que la gente llegue y vea eso? No, gracias. Pero prefiero seguir estando blanca y hacer una denuncia en Inspección general para que el Sacoa cierre a la 1 y seguir pareciendo o siendo una amarga cuyo habitus es ir en contra de la corriente.