Replanteo

Como sabrán los pocos que leen mi blog y ni siquiera me firman, en el post pasado comenté sobre la idea que tuvimos con mis amigas de alquilar una cancha de fútbol para jugar un partido entre nosotras. La idea me pareció buena, porque desde hace un tiempo somos muchas en el grupo y ahora nos juntamos con gente a la que fuimos a la facu desde el 2000 y nunca le habíamos hablado y hay buena onda, que sé yo, me pareció bueno.
Dspúes de unos días fue el cumple de una y al hablar del partido me dí cuenta que estaba siendo demasiado organizado para mi. Ea una sensación que ya había tenido antes. Ms amigas son todas estudiantes de psicología en el último año y ya me había agarrado cierta comezón cuando escuchaba análisis sobre el vuelo de una mosca o de que manera organizada ir al baño. Pero lo dejé pasar.
En la semana se dió una cadena de mail gigante sobre el partido mismo y culminó mis ganas de incursionar en el mundillo del papi. Se me fueron las ganas simplemente.
Me cansé de que para algo simple como ir a cagarse de risa haya que ir a terapia. Quizás sea que yo estoy menos tolerante, o que me banco cada vez menos el habitus que te venden en la facu de lo que es ser un psicólogo. Yo cuando lo sea seré como soy ahora, seré como me salga y no ese molde acartonado de psicoanalista del siglo 17 que te quieren impostar.
La cosa es que cuando decidí no ir me sentí libre. Me di cuenta que si iba era para no armar lío, para que no me pregunten pero no por ganas propias. Así que almorcé con mi mamá, paseé, llegué a casa,me metí en la cama a mirar una peli y con chocolate en mano fui felíz.